lunes, 8 de agosto de 2011

Diario de una semana siendo pez.

A pesar de lo insistido, es casi obligatorio echar de menos a los que no están; pero de lo bueno lo mejor, y de comer y dormir hemos hecho una religión, porque reír y bailar últimamente es la mejor forma de hacer ejercicio aunque roer tartas congeladas no se nos da nada mal... y ahora... ¿qué cenamos?
Por una parte estoy indignadísima, porque estoy el día entero pensando en quidditch y tirar piedras filosofales, sin pasar por alto lo importante que es acudir a la cámara secreta con frcuencia, sobre todo si te fundes tres garrafas de agua en una semana. Howards se unió a la panda porque era necesario adjudicarle un nombre... caramba! Pepe o Martín echaron el freno de mano de un trompetón porque empezaron a pillar guai-fai en el BarBistro23, aunque es normal si se despiertan con la abuela Amelia o perseguido por un encerado, porque si que es verdad venir para nada. Al final todo el mundo le echa la culpa al que te foca, que siempre pregunta: ¿y te gusta? ¿Julia? dóna igual, sóc l'ama y siempre me lo paso de Pu M. Pasado unos días me hicieron falta los Biuty, a lo mejor fue por lo de mear en un cubo y... menudas piedras! y Saisha, menudo quidditch! Pero sin duda, lo mejor fue experimentar lo de bailar como en una nave espacial con mocasines, uno de los días en el que conocimos a Juanan o "Johnan" (alias Alex) amigo del no con su acuerdo nombre Forellones, capaz de fumar sin encender un cigarro. Y qué perrera, la de Toriko marcando la diferencia como una tapia o la del mismo alpa perro, teniendo como banda sonora a los tíos de "maricón, maricón..." y sí, a ver... ¿qué queréis? queréis sacar las pistolitas, ¿una de ángeles de Charlie?
- ¡que quieren dinero, coño!
Dios... ¡corre! que Doraemon te está cossinando y... jo, ahora si que estoy enfadado de verdad. Aunque más que enfadada, confusa, muy loca por lo de las cruces mordidas, las puertas que se abren solas o el hecho de que las fotos se hagan solas. No encuentro explicación. Al final adivinábamos hacia izquierda y derecha, todas las noches y muy frecuentemente. Vida de búho o de pez, que se olvida de todo ahora, y ahora, y ahora, y ahora... porque ese es todo el dolor que nos haces en el corazón, porfavor, qué alegría, qué alboroto, menuda hostia la del tio que iba como una moto. Todos sabemos que al final la ganadora es la tenista, la reina de la pista. Pato fue nuestro personaje y el Rafagari solo hizo una aparición, y fue rápido como un hurón.
En resumen fue pasta y arroz por las orejas. ¡Desintoxicación ya!
Ya sé que estamos medio agilipolladas, pero mis últimas palabras van a ser una respuesta a cualquier cosa que no soporte:
- ¡cállate, coño!
Grasias a choros por acompañarnos a la chierra, a la luna, y un beso para choros. (chananánnnnnnnnnn)

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