domingo, 26 de diciembre de 2010

Espero que seas la mano que cambie mi vida.

Nos enseñan a crecer como todos, siguen las normas que nos han regido toda la vida. Das un paso con miedo a caer al vacío y es entonces cuando retrocedes y miras hacia atrás para ver si así puedes sentirte segura, pero te das cuenta de que ya no es lo mismo de antes. Sin pensarlo te lanzas al vacío.
Me vi cayendo por el agujero negro que es la vida. Es oscuro y a penas se puede ver. Cada vez se hace más pequeña la poca luz que se aleja. Caída libre le llaman.
Siempre me digo que no tengo remedio. ¿Tú lo tienes? Claro que lo tienes. Supongo que todos algunas vez en la vida lo tenemos... pero lo que me ha enseñado la vida, lo que he aprendido durante este viaje en picado es que siempre, pase lo que pase, esperamos a que haya alguien un poco más arriba que nos tienda la mano, ya sea para sacarnos a flote o para acompañarnos en nuestro transcurso. Al fin y al cabo, todos por naturaleza, acabamos volando por instinto.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Nice try, too bad.

¿Sabes lo que es sentirte decepcionada? Pero de ti misma. La experiencia te hizo jurar no volver a hacer cosas malas. No dignas de lo que una quiere llegar a ser. Esos baches, tropezones y errores que cometiste; que siempre quieres olvidar; esos que en parte te hicieron un poco madurar... Perdí por un momento la cuenta de las cosas que hice. Perdí la cuenta de las cosas que dije. En un momento se sumó todo a la lista negra. Se bañaron en más gotas saladas. Gotas de vergüenza.
Los nervios returcen con más ganas que nunca el estómago. Como una moneda de cambio por la que pagar. El precio justo. Que me mire las manos y me tiemblen los dedos de la impotencia porque odio cómo actúa una parte de mi. Me arrancaría la cara a arañazos para ver si almenos hay algo bueno debajo de la piel.
Pensé que las cosas habían cambiado. Que había conseguido componer una vida nueva. Algo grande que haría a los demás no fijarse en los tachones en negro plasmados anteriormente. Que en resumidas cuenta, había conseguido ser alguien de la que sentirme orgullosa. Y ahora mismo ya no sé qué pensar. Ódiame, yo lo hago. Me duele. Me duele tanto porque en el fondo siento que te he decepcionado.