lunes, 5 de diciembre de 2011

desde 1988.

Chocar finalmente con ese amor que se forjó con los años, que nació desde el día de nuestra graduación... Y es que ahora que tengo las manos vacías de ti siento sobre mi boca los días que pasaron junto con nosotros, alejándonos hacia el reencuentro.
Te veo en las portadas de los libros y te confundo con gente que lleva tu mismo corte de pelo. Puedo imaginar la cara que pusiste la primera vez que te rechacé, y mis demás caras cuando tú lo hiciste conmigo. Cuando decidimos ser grandes amigos para siempre y el momento en el que me di cuenta de que no podía vivir sin ti.
Forjamos vidas diferentes pero ese peculiar día del año sólo éramos el uno para el otro. Y quiero confesarte una cosa; aquella primera noche que pasaste conmigo... yo sí que conocía tu nombre.
Te di mi número en Edinburgo, el de la casa de mis padres y hasta casi te apunto el fax de mi vecina. Y me dijiste:
- Seremos muy buenos amigos. Volveremos a vernos muy pronto.
Y yo estaba seguro de ello.

sábado, 3 de diciembre de 2011

no son cartas a Julieta, sino simplemente mías.

...y es que en el fondo estaba segura de dos cosas. Una, todo no eran más que cuentos y sus insinuaciones no era porque de verdad se imaginara conmigo. Y la otra... en un futuro, una parte de mi me vio rendida ante sus pies, haciéndome que irrevocablemente le deseara aún más.

Aferrada a un cojín no me invites a ver tempranear el sol de Madrid, porque me quedaré.