sábado, 26 de marzo de 2011

A I R E S D E S O L E D A D .


Fue tocarlo y romperse en mil pedazos. Trozos que dolían como millones de cristales que se clavaban en las palmas de mis manos sin que yo pudiera hacer nada. Se entierran si poder verlas. Y duelen al roce. Amaneció y se marchó. Hacía frío pero congelaban los minutos con el tiempo. Vino la consciencia y con ella la inconsciencia. El entender y no entender. El llanto y el... llanto. Sentir la distancia, la despedida. Un abrazo, una última mirada y el bajar de las nubes. El ascenso y el descenso. Bajo el suelo. ¿De qué sirve recuperarse si vas a volver a caer? ¿De qué sirve aparentar mentiras y suspirar verdad? Todo es efímero y todo vuela. Todo está lejos y todo se aleja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario